jueves, 2 de noviembre de 2017

Marisol Briones. Los poemas


Aniversario

...y sí en Septiembre
el rocío de mi cuerpo
moja el tuyo
supongo que no sería
justo decir que te quiero
LEM

De cierto
Que otros hablen del aniversario
De la patria centroamericana
De sí somos o no independientes
De héroes y antihéroes.
Ahora sólo quiero decir
Que te quiero en Septiembre
Y también en Enero
Por años enteros.
Con lunas llenas
Medias lunas y aún sin luna
Alternando con Shango y Yemayá
Con música revolucionaria
Boleros o rancheras
Con la Camerata o Beetlero
En campaña, en la casa y
En la plaza.

Que te quiero
Con todo mi querer
Con lo que he sido y lo que soy.
Porque ayer
Apuramos la copa
Urgidos de patriotismo y compromiso.

Porque ahora
Imprevisibles como son los amores
Una idéntica hoguera
De fuego nos consume
Y bebemos en la copa pospuesta, reposada
Con nuestras sedes que no se sacian nunca
Que cruzan las fronteras 
Haciéndonos dueños de un misterio
Indescifrable, permanente

Porque seguís siendo
El único mago
Que sabe utilizar sus melodías
Como encantamientos,
Que sabe hacer a mi sangre sonora
Y a mi cuerpo
Tu instrumento de vibrador frotado.

Brindemos pues por cada ausencia
Por cada noche
Por dos estrellas errantes
Bajo la luna
Con sus historias de gatos 
Y ángeles caídos.
Celebremos la vida
Vuelta prodigio en nuestras manos.








Despedida


                                                                                 Los cobardes son los que se cobijan bajo las normas.
                                                                                                                                                     Sartre

Si maldiciéndote pudiera borrar de un golpe
lo que siento y lo mucho que te quiero
diría mil veces maldito
ojalá te pudras para siempre
en tu espacio,
en todo aquello que pretendes concentrarte
alejado de mí
templo de la Dispersión.

Pero no me liberan las palabras
ni pueden evitar que asome el llanto
ni que sienta como un puñal
la despedida.

Hago un desfile mental de tus defectos
la lentitud para decidir,
las aspiraciones populares,
la individualidad,
lo colectivo,
lo políticamente correcto o incorrecto.

Tu presbiopía
los espacios pequeños de nosostros
las llegadas tarde a la comida.
El reloj separándonos,
como un témpano.
El celular sonando
los mil y un problemas de los otros.

Las agendas
capres
el Parlamento
la ausencia de tus brazos en la noche.

A mitad del desfile se me infiltran los recuerdos.

Y somos otra vez
vos y yo
los mismos de la Plaza.
Los locos amantes
del mar escondido.

Soy yo
trayéndote al mundo que no conocías.
Sos vos
haciéndome vida los sueños que ayer construíamos.

Es la casa llena de nuestros besos
son los compas ordenando las cajas,
y es un celular abierto
diciendo te amo.

Es julio y es Managua.

Somos luz encendiendo una vida que se apaga.
Somos la risa en la noche de cantos.
Somos amor sin miedo y sin fronteras.

Hasta que vino el tiempo
de las vacaciones forzadas
y en la Isla aborté a un niño muerto.

Regresas queriendo que olvide lo vivido
que te perdone tu ser ensimismado.

Anteponiendo mi ser mujer
a quien te ama
te extendí la mano y te cerré la puerta,
para venir a escribir en estos versos
el agridulce sabor de tu partida.




Omeyocan

Tezcatlipoca - luna nocturnal se derramó en sus ojos
Hasta penetrar todo su cuerpo
Ehécatl como un susurro, penetró sus oídos
Y los dos se juntaron en el corazón de la diosa.

Ambos la enlazaron entre la oscuridad y la luz
Para entrar en el cielo y perder sus límites.

Algunas veces, uno
Atravesaba el arcoris
Y era el huracán, la lluvia
La música de gatos ronroneando.

Ternuras y espermas
Sobre la tierra abierta
Del tiempo sin tiempo.

El otro en cambio
Era la permanencia
El dueño del cerca y el junto

Pero también la sombra
Donde reinan los miedos personales
Y los episodios de amnesia locunar.

Los dos, los tres
Tocaron y danzaron bajo
El árbol florido de Xochitlicacan

Después transformados en serpientes
La partieron en dos

Así fue el principio
Sin embargo ella
Que abrió las puertas de lo prohibido
Indómita como ha sido
Desde que no había sol ni cielo
Mantiene la dualidad

Vestida de luz
Habitada de sombras
Todavía algunas veces
Por las noches llora
Deseando comer
Corazones de hombres.




Elogio de la sombra

Te contaré el secreto de las cosas
el cielo está en la tierra.

Olvídate del que dirán
los juiciosos
aburridos
mentirosos.
Olvídate del temor
de hacernos daño.

El fuego es beneficioso y peligroso.

Olvídate de las apariencias
y de practicar convencionalismos burgueses
en la sociedad de buenos modales y falsa moral.

Yo no podría llamarte
sino del lado del riesgo
desde la posibilidad oculta
del gris rojizo
que hace uno el día con la noche.

Es tiempo de encrucijadas y desafíos.

Soy la mujer telúrica, la cosmofágica.
Soy la amante mágica
la dueña de lo perdido y lo hallado.

Soy el viento y la llovizna
el agua para lavar tus ojos.
Soy la que quiere que des
el salto histórico.

Soy la serpiente
que se deshace de su piel
para que tus huellas
se pierdan
en mi.



Señora de la soledad

La que llama y hace huir
a los tenebrosos
La que conversa y
convierte a los luminosos
La que disfruta a los 
magos negros

María Soledad
la del eterno ciclo
la que termina y comienza 
otra vez
La de los poderes de la luna
la clave de los mundos

Mar y sol
La tierra y el fuego
el agua y el aire.

Dulce de la amargura
angustia de los disfrutes .
Señora de los misterios
dueña de las dos tierras.

La buscada
La encontrada y la perdida.

La del silencio blanco
la de la risa.
La por siete espadas 
traspasada.
La de los brazos de balanza.
La de las dos serpientes
cantoras.

María o Lilith
La victoria o la muerte.
Señora de la llama que devora
Estrella fugaz
Señora de la soledad.



                                                                                      Marisol Briones 

                                                                               









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