martes, 12 de septiembre de 2017

Guillermo Eduardo Pilía. La entrevista

Poesía, alma humana, sangre humana, tiempo del hombre.  Memoria, añorada infancia. Iluminación.

Bienvenido Guillermo Eduardo Pilía al espacio Claroscuro.


*¿Quién es Guillermo?

Hay varios Guillermo Pilía. Uno es el Guillermo del que hablan mi currículum, las solapas de mis libros, los textos de las presentaciones: graduado en Letras, catedrático, académico, autor de unas 25 obras, ciudadano ilustre de La Plata. Otro es el que me siento: un niño grande que juega a contar sílabas con los dedos.


*¿Qué has encontrado en la poesía?

Un mundo alternativo al que me ha tocado vivir. Este mundo hecho de miedos y de culpas, de crueldades, de egoísmo, de muerte y malsonancias, tiene su contracara en ese otro mundo, que quizás no sea el ideal, el de la palabra, el de la creación, el de la luz, el de la hermandad literaria. 


*¿A dónde te ha llevado?

A construirme una vida sobre esa piedra angular. Eso no quiere decir que no haya tenido que trabajar, luchar por la subsistencia, comprometerme con la política. Pero desde chico tuve clara mi vocación literaria, y todo lo que hice en la vida, mi estudio, mi trabajo, muchos de mis afectos, han girado en torno de las letras. No sé adónde me terminarán por llevar, porque aún estoy en camino.


*¿Hay alguna palabra con la que te identifiques?

Hay varias, pero creo que si tuviera que elegir una, diría "memoria". La poesía es rememoración de una experiencia. Del mundo de la infancia, con su carga de nostalgia, de dolor por lo que no va a volver, de los "esplendidos amores", como diría Rimbaud, que recordamos con melancolía. Siempre escribimos sobre lo que pasó, aunque haya sido un pasado reciente, porque la poesía es un arte temporal. Y como el recuerdo, como la memoria, la poesía es selectiva, juega entre la rememoración y el olvido.


*¿Por qué escribir poesía?

Para intentar al menos que el mundo sea un poco menos horrible de lo que es. Para que los hombres tengan un poco más de alma de hombres, diría Blas Infante, un poco más de luz. Porque, como escribí en un poema, comparándome con Sancho, siempre he querido servir a  algún ideal, con la posibilidad peregrina de cambiar algunas cosas y la certeza de terminar apaleado.


*¿Qué poetas o que lecturas recomiendas?

Imposible hacer una lista, sería interminable. Mis grandes amores han sido Rimbaud, Rilke, Trakl, Eliot, Pavese, Quasimodo, Montale, y casi toda la poesía en nuestra lengua. En honor a Colombia debo decir que uno de mis poetas preferidos ha sido Álvaro Mutis. Pero como ya puntualicé muchas veces, los poetas no leemos sólo poesía. A mí me gusta además la historia, la psicología, la filosofía, todas las ciencias humanas y el arte en general, de todo he exprimido motivos para escribir.


*¿Qué opinión te merece la poesía que se escribe y se ha escrito en nuestro continente?

No sé si será temeraria esta afirmación, pero creo que lo mejor de la poesía en lengua española se ha refugiado en nuestro continente. Si España, en los últimos siglos, ha podido exhibir un Antonio Machado, un Juan Ramón Jiménez, un Federico García Lorca, un Miguel Hernández, un Blas de Otero, nosotros hemos respondido con un Rubén Darío, un César Vallejo, un Pablo Neruda, un Roque Dalton, un Gonzalo Rojas, un Alberto Girri. Somos un continente enorme y abigarrado, vivimos ignorantes de la mayoría de lo que están haciendo nuestros poetas, pero también tenemos un ansia de fraternidad que no creo que se dé en otra parte del mundo. 


*¿Por qué creer en la poesía?

Porque está adentro de mí, lo mismo que Dios. Lo que después yo haga con esa fe es otra cuestión. En otra época creía también en la política, ahora, lamentablemente, ya poco. Entonces, la única herramienta que me queda, para lograr el sueño de la unión latinoamericana, es la palabra.


*¿Hacia dónde va la poesía?

No sé, ella es bastante desobediente, le gusta andar correteando por aquí y por allá, nunca dice adónde sale ni a qué hora vuelve, es como un adolescente. Pero tengo la impresión que, a la larga, lo que quiere es volver a sus orígenes, cuando estaba hermanada con la música, con la danza y con el canto.

El invitado


Guillermo Eduardo Pilía (1958, La Plata, Argentina). Es catedrático de Lenguas Clásicas y de Teoría Literaria. 

Publicaciones: Arsénico (1979); Enésimo triunfo (1980); Río Nuestro (1998); Río Nuestro/Cazadores Nocturnos (1990); Huesos de la Memoria (1996); Viento de Lobos (2000 plaqueta); Visitación a las islas (2000, plaqueta); Caballo de Guernica (2001); Ópera flamenca (2003); Herido por el agua (2005); Ojalá el tiempo tan sólo fuera lo que se ama (2011); La pierna de Rimbaud (2012); Caballo de Guernica/Guernica Horse (2014, versión inglesa de Brian Cole); Elegías de Casa Bermeja/Elegias de Casa Vermelha (2014, versión portuguesa de Ana Lía Torres Obeid; Selene y Endimión); Ainadamar (2016); y Sobre la cuerda y sin la red (2016). 

Sus textos le han reportado varios premios en Argentina, España, Francia, Estados Unidos, Perú y Ecuador. Con el poeta chileno Andrés Morales codirige la Colección de Poesía "Cuadernos de Casa Bermeja". 



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