martes, 12 de abril de 2016

Alejandro Cortés González. La entrevista



El poeta Alejandro Cortés González enseña que hasta el más imperceptible aliento es un acto de poesía. Es comunión, el íntimo encuentro con uno mismo.

CLAROSCURO a través de una breve entrevista se sumerge en el poeta, explora sus territorios, sus sombras.

Bienvenido Alejandro al Claroscuro.


* ¿Cómo fue ese primer contacto con la poesía?

Fue de niño. Cuando los adultos de la familia estaban de fiesta, algo me botó hacia mi cuarto y me puse a escribir. No eran las memorias de la fiesta, ni el relato de la vida de alguien. Era un canto al vacío, como una oración sin esperanza...Escribiendo sentía mi propia fiesta. A esa edad no sabía que eso pudiera relacionarse con la poesía. Pensaba más que correspondía a la letra de una canción, pero no una canción como las que bailaban mis tíos o como cualquiera que hubiera escuchado. Pensaba entonces que escribía la letra para una música desconocida; años después encontré la música en las propias palabras y dije "¡Entonces ese era mi canto!¡No era música, era poesía!".  Desde entonces canto lo inaprehensible con poemas y soy el único de la familia que no aprendió a bailar.

* ¿Qué es ser poeta?

¡Uff! ¡Qué preguntas me pones, Sergio! Poeta es aquel que puede retener lo poético de un instante, en el territorio de un poema. Eso implica que la poesía anda libre, por ahí, y que de repente le da por demostrarnos que la realidad no basta y por eso nos conmueve. Quien retiene lo poético en un cuadro, es pintor; quien lo retiene en un sonido, es músico; pero quien lo retiene con la palabra misma, es decir, con la mayor austeridad de recursos comparado con otras artes, se llama poeta, porque logra capturar algo de un fulgor poético con una palabra que no es poesía, pero en cuyo brillo late aquello que cautivó al poeta y conmueve al lector.

* ¿Qué rol juega en tu vida la poesía?

La poesía es mi forma de testar el tiempo. No lo que se ha vivido sino lo que se ha sentido, tal como lo plantea Becquer en sus "Cartas literarias a una mujer". Me gusta pensar que mi paso por el mundo es más que un simple seguir de filas; que, además, puedo ser el notario de un instante donde lo poético ha abierto grietas de luz sobre los días. Puedo responder a tu pregunta diciendo que sobrevivo del mundo, pero vivo en poesía.

* ¿Cómo defines tu poesía?

Definir es fijar con claridad y precisión un significado. Yo no parto de significados. Cuando empiezo a escribir apenas intuyo un ritmo, pero no sé adónde me vaya a llevar el primer verso que pongo en el papel. Mis poemas tienen distintos matices, longitudes, registros, y ninguno de ellos se ha escrito con consciencia de ser así. Tengo poemas epigramáticos, medianos y de largo aliento; con imágenes compuestas y encontradas; poemas que se esconden en el lenguaje, poemas que contemplan, poemas que imaginan, poemas que pintan, poemas que cantan, poemas que cuentan, poemas que aman, poemas que escupen, poemas que se revientan de ira.

En mi primer poemario Pero la sangre sigue fría pude darle unidad temática a los poemas. Luego, en Sustancias que nos sobreviven y en los poemas posteriores, esto me fue imposible. Cada poema es un pedazo burdo de uno que se pule con una técnica (vanguardista o clásica), no para que sea bello, sino para que sea filoso. El escritor Miguel Ángel Pulido dijo que lo común en mis poemas es que le devuelven al lector la infancia, que el relámpago transversal a todos es el desamparo. No sé qué decir... Pero me agrada lo que Miguel Ángel dice de ellos.

* ¿Hacia dónde va la poesía?

"Y qué tal si mezclamos poesía con pintura, o si la mezclamos con química, no, lo de ahora es el performance, o mejor volvamos al soneto, ¿y por qué no rimamos de nuevo?, o colguémosle a la poesía palabras raras y exotismos contemporáneos que la diferencien de lo que la gente cree que es poesía, mire lo que están haciendo los chilenos, mire lo que están haciendo los españoles, mire lo que están haciendo los rumanos, mejor volvámonos abstractos, no, mejor naturalistas, no, seamos cotidianos y olvidémonos de la metáfora, si, y metámosle groserías qué hijueputas que eso al fin y al cabo es lenguaje, claro, y decimos que vamos a revolucionar la poesía..."

Hoy en día uno escucha cosas como estas, en boca de mucha gente que se pone a pensar en la pregunta que tú me haces. Pero son las técnicas las que se mueven hacia una tendencia exterior, sea de corte clásico o vanguardista. No tenga nada en contra de las tendencias tomadas como técnicas de escritura, pero sí de hacerlas pasar como núcleo poético, debido a que en muchos casos vuelven la poesía artificiosa y vacía, carente de conmoción porque no persiguen un fluir estético, sino un deseo individual por sobresalir.

Ahora y en todos los tiempos (teocentristas, antropocentristas, clásicos, románticos, simbolistas, modernistas y todos los istas), la poesía ha tenido diversas tendencias, pero un solo destino: La poesía va hacia dentro. Incluso la de corte religioso, porque a Dios lo buscan al interior del hombre.


El invitado



Alejandro Cortés González, Bogotá, 1977. Ha publicado los libros Notas de inframundo (Novela, 2010), Pero la sangre sigue fría (Poesía, 2012) y Sustancias que nos sobreviven (Poesía, 2015).

Ganador del Premio Nacional de Literatura de la Universidad Central en las categorías Novela (2009) con Notas de inframundo, y cuento (2011) con Él pinta monstruos de mar.
Ganador de la Beca de Circulación Internacional para Creadores del Ministerio de Cultura (2013), con la que participó en VII Festival Internacional de Poesía en París.
Ganador del VI Concurso Nacional de Poesía UIS (2014), con Sustancias que nos sobreviven.

Ha sido invitado a encuentros literarios en Surámerica, México y Francia. Es miembro de la Fundación Trilce y coordinador de la programación cultural de la Librería Trilce en Bogotá.



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